¡Viernes por fin! Y hoy os llevo a la exposición de Harry Potter de Madrid.
En el anterior post os enseñaba la última escapada del año que hicimos a Madrid. Ahí os comentaba que fue una visita más de ocio que de turismo, ya que nuestro propósito era ver el Rey León y la Exposición de Harry Potter.
Fuimos el miércoles 7 de diciembre, que al no ser festivo, la entrada nos costó un poco más económica, 17,90€ cada una. A la hora de hacer la compra, seleccionas un horario de visita, nosotros nos decantamos por las 10h. Luego nos dimos cuenta que esto no servía de nada, llegas allí haces cola y pasas.
Detrás nuestro teníamos una madre y una hija que tenían a las 11h y ya estaban allí. Se entra por grupos de X personas, si delante tuyo hay una persona con otro horario y tu con el que te toca, es posible que tu te quedes esperando la siguiente tanda mientras ésta otra ya ha entrado. No me pareció correcto.
Después de bastante tiempo de espera, atravesamos la puerta que te adentra en los mundos de Harry Potter.
Lo primero que vimos fueron los carteles de todas las películas y luego entramos a otra sala en la que algunos niños (y no tan niños), el "sombrero seleccionador" les dice a que casa corresponden.
Finalmente se abren las puertas y llega el momento de "subir" al Hogwarts Express.
Me gustó que tenía elementos con los que poder interactuar, como por ejemplo, arrancar mandrágoras mientras escuchas su peculiar chirrido.
Uno de los mayores inconvenientes, es que todo el rato te encuentras con muggles en medio. Para algunas fotos tuve que esperar muchísimo rato, porque nadie respeta que tu quieras hacer una foto, se creen que llevan una capa de invisibilidad, y no paran de meterse en medio.
Una vez hemos visto las equipaciones, ¿Os hace una partidita de quidditch? Cuidado que soy buena ¡eh!
(En verdad tiré un montón de quaffles hasta que Marc captó mi gran momento.)
El sillón de Hagrid, ¡es de lo más cómodo!
5 de los 7 horrocruxes.
Me encantó la entrada al "Gran salón" con la pared llena de las normas de Dolores Umbridge.
¿Una golosina? La verdad nunca le vi la gracia a las grageas de todos los sabores, que te puede tocar lo peor. O una chocolatina que salta y no te la puedes comer...
¿No se supone que comer chuches es algo divertido? Las de Harry Potter ¡son frustrantes!
Las reliquias de la muerte.
Como ya habréis visto en otros posts o en mi Instagram, soy una fan de Lego y como también me gusta mucho Hermione Granger, no podía faltar en mi colección.
Imaginar mi cara cuando vi el vestuario de Hermione, el mismito que lleva mi Lego, pues ahí que me puse a hacerles fotos como una loca. (La gente me miraba raro...)
Una de las cosas que más me gustaron de la exposición fueron las baritas. Estaban todas, hasta de los padres de Harry. Son cosas que en las películas no te da tiempo a observar con detalle y la verdad que son una pasada.
Estas son las que tenían allí a la venta, Marc me regaló la varita de Hermione y el giratiempo y él se llevó la varita de Dumbledore.
No hay un tiempo para hacer la visita, puedes estar el rato que quieras dando vueltas por la exposición. Por este motivo, recomiendo ir a primera hora así no se acumulan tanta gente.
A nosotros nos gustó mucho. Es chulo ver los objetos, vestuario, etc. de las películas, totalmente recomendable. Si eres fan de esta saga, ¡no te la puedes perder!
Antes de hacer el viaje, Marc y yo hicimos maratón de películas de Harry Potter y fue muy buena idea.
Por cierto, no os lo he dicho, pero estará hasta el 2 de abril 2018.
¿Sois fans de Harry Potter?
¿Habéis estado en la exposición o tenéis pensado ir?
¡Nos leemos en el próximo post!
Marta