Este post es la continuación de la pequeña ruta que hice en verano, aquí podéis ver la primera parte :)

En este momento ya habíamos cruzado la frontera, ya estábamos en Alsacia (Francia).

DÍA 2 (Continuación)

Sobre las 19h llegamos a Colmar, el pueblo más bonito sin duda de todos.

Alquilamos un apartamento situado en pleno casco antiguo. El apartamento en sí no era lo más, pero tenía lo necesario para pasar una noche y el chico fue de lo más agradable y simpático. Muy buena la experiencia.

Dejamos las maletas y salimos en busca de cena, Alba, encontró un sito de crêpes que tenían una pintaza espectacular. Mientras yo, gracias a mis intolerancias, me comía unas patatas del McDonalds. Que por cierto me salvan la vida en todos los viajes.

Hicimos coincidir nuestra estancia en el pueblo con la noche de Folclore que se celebra todos los martes (de mayo a septiembre) a partir de las 20:30h.

El anochecer por las calles de este pueblo es mágico y aunque aquí no se ve casi gente, había muchísimo ambiente.

DÍA 3

La siguiente foto está tomada desde la ventana del apartamento al día siguiente por la mañana temprano. La plaza está vacía. La noche anterior no se veía el suelo, todo estaba repleto de mesas y personas, que ahora dormían.

Aquí os muestro el apartamento por fuera, sí, estábamos encima de "Casa Paco", en la primera planta.

Ya estábamos listas para empezar a visitar este pueblo de cuento, ¿no te lo crees? Mira, mira...

Habían un montón de puestecitos de bretzels y aunque yo no me los podía comer insitu, me llevé unos cuantos para casa y he de decir, que me quedo con el gratinado con queso, ¡espectacular!

También nos llevamos diferentes variedades de bagels.

La próxima foto no tiene nada en especial, pero quería enseñaros mi "moreno" de verano.

Otra curiosidad, es que el tatuaje tenía 5 días y detrás iban unas mujeres valencianas (yo soy catalana) y en valenciano iban comentando mi tatuaje. Que se veía muy colorido, que seguramente estaba recién hecho que brillaba mucho (por la crema), otra decía que no, porque tendría que llevar un plástico puesto y mientras yo me iba enterando de todo, me quedé con las ganas de decirles que no se preocupasen, que estaba bien jeje

Llegó la hora de comer y vimos una brasería y en la carta también tenían tortilla a la francesa, ¡obviamente tenía que probarla! He de decir que es la mejor tortilla a la francesa que he probado en mi vida. Muy pero que muy sabrosa.

Después de comer, pusimos rumbo a Eguisheim, un pueblo muy pequeñito con forma ovalada. Empezabas a verlo por fuera y como si de una espiral se tratase nos íbamos adentrando hasta llegar al centro.

De este último pueblo no hice casi fotos por dos motivos:

El primero es que eran las 17h de la tarde y pegaba mucho el sol, las calles eran muy estrechas y no quedaban muy bien por la iluminación.

Y el segundo es que yo estaba ya con una gran insolación. Estaba K.O.

Todavía nos quedaban unas cuantas horas para coger el avión, habíamos hecho el recorrido del pueblo 4 veces y al final decidimos entrar a una cafetería a hacer tiempo hasta la hora de ir al aeropuerto.

Tanto hacer tiempo y al final llegamos justitas, ya que no nos acordábamos que teníamos que ponerle gasolina al coche.